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miércoles, 25 de septiembre de 2019


Los rincones ocultos de la economía global

Saúl Escobar Toledo


La revista Finanzas y Desarrollo (FyD), correspondiente al mes de septiembre de este año (disponible en https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/index.htm) editada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), dedica buena parte de su contenido a un espinoso asunto: el dinero que circula por el mundo de manera clandestina para obtener beneficios ilícitos. 
En la presentación de la revista, el Director gerente encargado del despacho,  David Lipton, advierte que el mundo está cambiando y que el FMI debe hacerlo también. Para ello debe seguir siendo una institución relevante  que promueva la cooperación internacional. Una tarea que tiene que hacerse cargo de problemas como los siguientes:
Refugios fiscales
Uno de los más destacados artículos de la revista se refiere a los refugios (o paraísos) fiscales. Escrito por Nicholas Shaxson, un autor que ha publicado varios libros sobre estos asuntos, por ejemplo, “Las Islas del Tesoro” y “La Maldición Financiera”, el primero publicado por el FCE y el otro en prensa a cargo de la misma editorial mexicana.
Según Shaxson, entre 500 y 600 mil millones de dólares se dejan de recaudar cada año por concepto de impuestos corporativos gracias a esos refugios. En lo que toca a las personas físicas el asunto es, igualmente,  muy  grave ya que   éstas tienen algo así como 8.7 billones de dólares depositados en esos paraísos, aunque hay quien afirma que la cifra es mucho mayor, alcanzando los 36 billones. Conservadoramente, la evasión alcanzaría 200 mil millones de dólares que deben ser agregados a los gravámenes  no cobrados a las empresas. En total, cerca de un billón de dólares sustraídos a las arcas gubernamentales cada año.
Los refugios no sólo permiten burlar al fisco: son, al mismo tiempo, lugares ocultos para proteger actividades ilícitas de las élites económicas y políticas. Además, los flujos de capital que se desplazan de un país determinado a un paraíso fiscal representan un peligro para la estabilidad financiera, sobre todo de las economías emergentes. Por otro lado, la competencia entre muchos gobiernos del mundo por atraer capitales a estos centros financieros ha llevado a una caída de la tasa impositiva que se aplica a las corporaciones. Entre 1985 y el día de hoy ésta ha disminuido de 49 al 24 por ciento, mientras que las ganancias brutas de las multinacionales estadounidenses que depositan sus activos en los paraísos ha aumentado de entre un 5-10% en los noventa a un 25-30% actualmente.
La red oscura
Otro artículo, firmado por Kumar y Rosenbach,  se refiere a lo que se ha denominado la Red o el Internet oscuro (Dark Web). Según estos autores, a fines de los años noventa dos centros de investigación del Departamento de Defensa de EU desarrollaron una red de internet que permitía el anonimato y encriptaba las comunicaciones para proteger a los espías de ese país. Dicha tecnología está ahora al alcance de cualquier persona mediante una aplicación o software llamada Red Tor, acrónimo de The Onion Router o la ruta (digital) de la cebolla: muchas capas de encriptación que protegen la información que circula por esta red. La red Tor es la tecnología que soporta la internet oscura: una serie de sitios inaccesibles para quienes usan los navegadores usuales y que no puede ser localizada por buscadores como Google.
Esta red facilita un mercado clandestino creciente, poblado de criminales sofisticados que trafican drogas, armas, identidades robadas, pornografía infantil, y otros servicios y productos ilícitos. Y como la criptomonedas son los principales medios de pago, ello hace más difícil de rastrear estas nefastas actividades.
Desde 2011, cuando empezó a circular el bitcoin, la primera criptomoneda, éste ha sido el instrumento de pago preferido por los delincuentes. Según este reportaje, el comercio en esta red oculta creció de unos 250 millones de dólares a 872 millones en 2018 y llegará a mil millones en 2019. El reportaje concluye que resulta indispensable un mayor control de las operaciones realizadas mediante criptomonedas para detener el lavado de dinero y el financiamiento a actividades terroristas.
La corrupción
Otro trabajo, elaborado por Mauro, Medas y Fournier, afirma que frenar la corrupción puede generar importantes beneficios fiscales. Nuestra investigación, dicen, muestra que los ingresos públicos son más altos en los países percibidos como menos corruptos. Recaudan 4 puntos porcentuales más del PIB en impuestos que aquellos en el mismo nivel de desarrollo económico con niveles más altos de corrupción. Concluye que, si todos los países redujeran la corrupción a, digamos, un tercio, se podrían recaudar $ 1 billón en ingresos fiscales adicionales, o 1.25 por ciento del PIB mundial.
Las inversiones fantasma
En otro artículo de la revista, Damgaard, Elkjaer y Johannese analizan el caso de los flujos por concepto de Inversiones Extranjeras Directas (IED), el cual se entiende, en la práctica, como inversiones financieras transfronterizas entre empresas que pertenecen al mismo grupo multinacional.   El problema es que, gran parte de esta inversión, es de naturaleza fantasma, es decir, se trata de corrientes de capital que pasan por entidades ficticias o que existen sólo de nombre pues no llevan a cabo actividades comerciales reales sino tareas meramente administrativas destinadas minimizar o disfrazar la factura fiscal de las empresas.
Llama la atención, agregan, que algunos paraísos fiscales conocidos alberguen la gran mayoría de la IED fantasma del mundo. Luxemburgo y los Países Bajos reciben casi la mitad. Y cuando agrega a la lista Hong Kong, las Islas Vírgenes Británicas, Bermudas, Singapur, las Islas Caimán, Suiza, Irlanda y Mauricio, estas 10 economías albergan más del 85 por ciento de todas las inversiones fantasmas.
¿Por qué y cómo este puñado de paraísos fiscales atrae tanta IED fantasma? En algunos casos, se trata de una estrategia política deliberada para atraer la mayor cantidad de inversión extranjera posible al ofrecer tasas impositivas muy bajas o nulas. A nivel mundial, las inversiones fantasmas ascienden a la asombrosa cantidad de $ 15 billones de dólares, equivalente al PIB anual combinado de dos potencias económicas, China y Alemania.

Mi conclusión
La publicación del FMI ayuda a entender una cuestión fundamental: el poder de las corporaciones y de las mafias del crimen organizado, es decir el poder del dinero, está imponiéndose al poder político y a las capacidades de los organismos multinacionales de cooperación como el FMI, el Banco Mundial o la ONU. Estos últimos son cada vez más incapaces de controlar o detener los flujos de capitales que por diversos medios burlan al fisco, las regulaciones internacionales y los ordenamientos legales de los países. El resultado es una debilidad mayor y, por lo tanto, como señala el editor de FyD, una incapacidad creciente de las instituciones para atacar los grandes problemas de la economía global, sobre todo la desigualdad, la pobreza y la inestabilidad económica, política y social. El orden internacional está siendo socavado en aras de la ganancia, una parte de ella ilícita y escondida bajo diversas formas. Hasta el momento actual, a pesar de algunos esfuerzos, la batalla está siendo ganada por los dueños del dinero y los violadores de la ley. El FMI, un organismo que en las últimas décadas ha sido un instrumento de las políticas neoliberales, favorables a esas élites superpoderosas que ahora considera fuera de control, manifiesta la necesidad de un cambio.  Pasar de la teoría a la realidad requerirá una gran voluntad política y delinear un rumbo de la comunidad internacional bajo nuevos principios y acuerdos. ¿Tendrá el FMI la reserva intelectual y la capacidad administrativa para encabezar esas reformas? Por lo pronto, ya es un avance que se hable de estos problemas. El pensamiento único, los dogmas neoliberales hace no tantos años incontestables, parecen estar desmoronándose.

Saulescobar.blogspot.com

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