Los rincones ocultos de la economía global
Saúl Escobar Toledo
La revista Finanzas y Desarrollo (FyD), correspondiente al
mes de septiembre de este año (disponible en https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/index.htm)
editada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), dedica buena parte de su
contenido a un espinoso asunto: el dinero que circula por el mundo de manera
clandestina para obtener beneficios ilícitos.
En la presentación de la revista, el Director gerente
encargado del despacho, David Lipton,
advierte que el mundo está cambiando y que el FMI debe hacerlo también. Para
ello debe seguir siendo una institución relevante que promueva la cooperación internacional. Una
tarea que tiene que hacerse cargo de problemas como los siguientes:
Refugios fiscales
Uno de los más destacados artículos de la revista se refiere
a los refugios (o paraísos) fiscales. Escrito por Nicholas Shaxson, un autor
que ha publicado varios libros sobre estos asuntos, por ejemplo, “Las Islas del
Tesoro” y “La Maldición Financiera”, el primero publicado por el FCE y el otro
en prensa a cargo de la misma editorial mexicana.
Según Shaxson, entre 500 y 600 mil millones de dólares se
dejan de recaudar cada año por concepto de impuestos corporativos gracias a
esos refugios. En lo que toca a las personas físicas el asunto es, igualmente, muy grave ya que éstas tienen algo así como 8.7 billones de
dólares depositados en esos paraísos, aunque hay quien afirma que la cifra es
mucho mayor, alcanzando los 36 billones. Conservadoramente, la evasión alcanzaría
200 mil millones de dólares que deben ser agregados a los gravámenes no cobrados a las empresas. En total, cerca de
un billón de dólares sustraídos a las arcas gubernamentales cada año.
Los refugios no sólo permiten burlar al fisco: son, al mismo tiempo,
lugares ocultos para proteger actividades ilícitas de las élites económicas y
políticas. Además, los flujos de capital que se desplazan de un país determinado
a un paraíso fiscal representan un peligro para la estabilidad financiera,
sobre todo de las economías emergentes. Por otro lado, la competencia entre
muchos gobiernos del mundo por atraer capitales a estos centros financieros ha
llevado a una caída de la tasa impositiva que se aplica a las corporaciones.
Entre 1985 y el día de hoy ésta ha disminuido de 49 al 24 por ciento, mientras
que las ganancias brutas de las multinacionales estadounidenses que depositan
sus activos en los paraísos ha aumentado de entre un 5-10% en los noventa a un
25-30% actualmente.
La red oscura
Otro artículo, firmado por Kumar y Rosenbach, se refiere a lo que se ha denominado la Red o
el Internet oscuro (Dark Web). Según estos autores, a fines de los años noventa
dos centros de investigación del Departamento de Defensa de EU desarrollaron
una red de internet que permitía el anonimato y encriptaba las comunicaciones
para proteger a los espías de ese país. Dicha tecnología está ahora al alcance
de cualquier persona mediante una aplicación o software llamada Red Tor, acrónimo de The Onion Router o
la ruta (digital) de la cebolla: muchas capas de encriptación que protegen la
información que circula por esta red. La red Tor es la tecnología que soporta
la internet oscura: una serie de sitios inaccesibles para quienes usan los
navegadores usuales y que no puede ser localizada por buscadores como Google.
Esta red facilita un mercado clandestino creciente, poblado de
criminales sofisticados que trafican drogas, armas, identidades robadas,
pornografía infantil, y otros servicios y productos ilícitos. Y como la
criptomonedas son los principales medios de pago, ello hace más difícil de
rastrear estas nefastas actividades.
Desde 2011, cuando empezó a circular el bitcoin, la primera
criptomoneda, éste ha sido el instrumento de pago preferido por los
delincuentes. Según este reportaje, el comercio en esta red oculta creció de
unos 250 millones de dólares a 872 millones en 2018 y llegará a mil millones en
2019. El reportaje concluye que resulta indispensable un mayor control de las
operaciones realizadas mediante criptomonedas para detener el lavado de dinero
y el financiamiento a actividades terroristas.
La corrupción
Otro trabajo, elaborado por Mauro, Medas y Fournier, afirma que
frenar la corrupción puede generar importantes beneficios fiscales. Nuestra
investigación, dicen, muestra que los ingresos públicos son más altos en los
países percibidos como menos corruptos. Recaudan 4 puntos porcentuales más del
PIB en impuestos que aquellos en el mismo nivel de desarrollo económico con
niveles más altos de corrupción. Concluye que, si todos los países redujeran la
corrupción a, digamos, un tercio, se podrían recaudar $ 1 billón en ingresos
fiscales adicionales, o 1.25 por ciento del PIB mundial.
Las inversiones fantasma
En otro artículo de la revista, Damgaard, Elkjaer y Johannese
analizan el caso de los flujos por concepto de Inversiones Extranjeras Directas
(IED), el cual se entiende, en la práctica, como inversiones financieras
transfronterizas entre empresas que pertenecen al mismo grupo multinacional. El
problema es que, gran parte de esta inversión, es de naturaleza fantasma, es
decir, se trata de corrientes de capital que pasan por entidades ficticias o
que existen sólo de nombre pues no llevan a cabo actividades comerciales reales
sino tareas meramente administrativas destinadas minimizar o disfrazar la
factura fiscal de las empresas.
Llama la atención, agregan, que algunos paraísos fiscales
conocidos alberguen la gran mayoría de la IED fantasma del mundo. Luxemburgo y
los Países Bajos reciben casi la mitad. Y cuando agrega a la lista Hong Kong,
las Islas Vírgenes Británicas, Bermudas, Singapur, las Islas Caimán, Suiza,
Irlanda y Mauricio, estas 10 economías albergan más del 85 por ciento de todas
las inversiones fantasmas.
¿Por qué y cómo este puñado de paraísos fiscales atrae tanta
IED fantasma? En algunos casos, se trata de una estrategia política deliberada
para atraer la mayor cantidad de inversión extranjera posible al ofrecer tasas
impositivas muy bajas o nulas. A nivel mundial, las inversiones fantasmas
ascienden a la asombrosa cantidad de $ 15 billones de dólares, equivalente al
PIB anual combinado de dos potencias económicas, China y Alemania.
Mi conclusión
La publicación del FMI ayuda a entender una cuestión
fundamental: el poder de las corporaciones y de las mafias del crimen
organizado, es decir el poder del dinero, está imponiéndose al poder político y
a las capacidades de los organismos multinacionales de cooperación como el FMI,
el Banco Mundial o la ONU. Estos últimos son cada vez más incapaces de
controlar o detener los flujos de capitales que por diversos medios burlan al
fisco, las regulaciones internacionales y los ordenamientos legales de los
países. El resultado es una debilidad mayor y, por lo tanto, como señala el
editor de FyD, una incapacidad creciente de las instituciones para atacar los
grandes problemas de la economía global, sobre todo la desigualdad, la pobreza
y la inestabilidad económica, política y social. El orden internacional está
siendo socavado en aras de la ganancia, una parte de ella ilícita y escondida
bajo diversas formas. Hasta el momento actual, a pesar de algunos esfuerzos, la
batalla está siendo ganada por los dueños del dinero y los violadores de la ley.
El FMI, un organismo que en las últimas décadas ha sido un instrumento de las
políticas neoliberales, favorables a esas élites superpoderosas que ahora
considera fuera de control, manifiesta la necesidad de un cambio. Pasar de la teoría a la realidad requerirá
una gran voluntad política y delinear un rumbo de la comunidad internacional
bajo nuevos principios y acuerdos. ¿Tendrá el FMI la reserva intelectual y la
capacidad administrativa para encabezar esas reformas? Por lo pronto, ya es un
avance que se hable de estos problemas. El pensamiento único, los dogmas neoliberales
hace no tantos años incontestables, parecen estar desmoronándose.
Saulescobar.blogspot.com
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